lunes, 14 de enero de 2008

The day she didn’t met the Universe.

Solo ella tenia tanto poder en nosotros. Cuando hablaba llenaba el cuarto de pelea. Y nosotros la adorábamos por eso. Cuando volteaba a verme del otro lado del cuarto a buscar mi cuerpo o mi mirada, me quedaba sin aliento.
Un día invite el universo a cenar, le querría presentar a la mujer por la cual mi respiración se había transformado en un suspiro eterno. Ella no se presento. El cuarto se lleno de tristeza. Cuando la vi tenía un bebe entre los brazos. Sabía que no era mió, me preguntaba si bien era de ella. Ella que siempre encontraba en mi aliento una manera de llegar a la mirada en permanente busca de la que amo. Aunque ella (la otra) siempre tendrá la duda, si aquel bebe es mió, lo querrá como si fuera de ella. Un trofeo que por querer presentar el universo y el amor, se había convertido en un pozo de imposibles y pedazos de mi esparcidos en las estrellas. Estrellas soñaban en una cita amorosa entre el sol y la luna. Un sol que siempre llegaba cuando la luna se iba. Solo una vez cada eternidad se encontraban y en un beso nació el hijo que será el hermano por siempre de aquel bebe que ella carga en sus brazos.

No hay comentarios: