domingo, 7 de junio de 2009

6h : starting line



Sábado - 6h
Un hombre desconoce la mujer acostada a su lado. Le ha pegado la locura pasajera impulsada por la libido. Levanta sus cosas repartidas al azar en el piso del cuarto del hotel.

Levantan al hijo de mi vecino de ocho años, para meterlo en la parte trasera de una lujosa nueva camioneta recién comprada, adornada en su interior con maletas y tiendas de campaña. El niño con dificultad y medio despierto en los brazos de su padre, que lo acomoda en los asientos traseros del coche, suelta a Flu su conejo de peluche. Su madre le pone un pullover de franela, y vuelve a acomodar a Flu a lado suyo.

Doña Ana va llegando al centro de la cuidad después de 2h de trayecto en transporte publico, para poner su puesto de bolsas, cinturones y carteras piratas cerca de un mercado popular en la zona de la Roma.

Un grupo de jóvenes esta despidiéndose de la oscura noche en un ritual de estimulantes químicos. Bailan botines Prada y zapatos D&G, mientras el dj no deja de tocar.

Son las 6h15 de la mañana. Pronto se asomara tímidamente los primeros rayos del sol.

Mientras el hombre se a puesto a llorar sentado al borde de la cama, y la mujer a lado suyo abre los ojos. La sabana le tapa solo la parte baja de las piernas. Sin saber que hacer, decide nos moverse disimulando así todo acto de conciencia. Escucha los llantos del hombre que ha quedado inmóvil y con la camisa sin abrochar. Le duele la cabeza, a él también le duele. Será por el exceso de tequila que tomaron ayer.

La camioneta arranca. El padre de familia pone un disco de Peter Von Poehl. La madre vuelve a asegurarse una vez más que el cinturón de Julian este bien puesto. Verifica no hacerle falta nada en su maletín de viaje, ve a su marido le sonríe. Parten.

Doña sigue en un camión que tardara todavía unos 30min más en dejarla a su destino.

Los colores plásticos se entrelazan en una fiesta que pareciera avanzar a la velocidad del sonido. Dos jóvenes entre bailes acaban de descubrir el significado de la vida. Lucia tiene que regresar a su casa, su galán del momento entre el éxtasis de la gran fiesta y con la ambigüedad de la decisión decide regresar su agraciada pareja a casa, perdiéndose por la esperanza de un beso, 10h más de fiesta.

6h53
Lucia y Marco han llegado de la condesa a san Angel, se despiden en un fogoso beso lleno de pasión y colores rebeldes que se mezclan en el sabor de sus bocas etílicas.

Doña Ana ha llego a la casa que le sirve de bodega con sus compañeros a sacar el material que venderá en unas horas.

La familia De Vega ha pagado la primera caseta de salida del norte de la cuidad. El disco sigue andando. Julian sueña con el mar y una sombra que nada sigilosamente hacía a el. Se despierta Flu, cae. La madre voltea, lo tranquiliza, de la manera en que únicamente las madres pueden hacer que las sombras de los rincones del subconsciente desaparezcan, Flu vuelve a su lado.

El hombre y la mujer se han vestido, no han intercambiando palabra. El hombre baja al lobby del hotel, paga. La mujer se despide de un gesto sutil. La situación la ha incomodado, mil preguntas atormentan esta despedida. Su vestido rojo huele a cigarro, el maquillaje que ha corrido fue en un intento forzado limpiado. Su preocupación bambolea su aspecto. El traje del hombre también huele a cigarro. Se ve hinchado por el llanto, inquieto. No osa ver a la mujer, pero por cortesía se despide de ella con un gesto de misma textura.
El coche de la mujer ha llegado, se va.

7h30
El sol ha salido ya por completo, en la carretera hacía Querétaro el sol ha pintado el cielo de colores brillantes y calidos, y la flora en borde de ruta maravilla Julian que ojos entre abiertos observa la caza de las águilas.

Lucia acaba de entrar a casa, se esta desmaquillando, mientras el ritmo interno de la fiesta la mantiene bailando y jugando con expresiones faciales.

Marco decide regresar a la fiesta, no tiene sueño, esta feliz. Cree que por fin ha encontrado alguien que vale la pena.

Doña Ana hace el inventario y carga la camioneta Chevrolet 86 con bolsas de mercancía.

La mujer ha llegado a su casa. Esta estacionada frente a su portón. No decide bajarse, se ha acostado con un hombre que apenas conoce. El no fue violento, ni brutal, a ella le gusta, pero el no parece interesarse. Sospecha que es gay y que por eso lloraba, le recuerda a su ex esposo. Esta tan sola, solo quiere encontrar a algún hombre amable, este le pareció tan delicado. Suspira, se limpia debajo de los ojos. Por fin decide apagar el coche, y entrar a la casa.

7h34
La mujer entra a la casa, ve a su hija despierta. Sabe que se fue de fiesta, los rasgos de su cara están estirados, se ve cansada, la conoce. Sabe que no puede reclamarle nada, ya no puede controlar lo que hace su hija, la ha ido perdiendo desde el divorcio. Lucia que ve a su madre por la puerta entre abierta, disimula los efectos de los sicóticos y regulariza su respiración. Raras son las veces que su madre llega a esta hora, aunque le intrigue el por qué, no le preguntara. Ha sido suficiente… ninguna de las dos mujeres quiere entablar una conversación en este momento. De reojo la madre sigue observando a su hija, mientras camina a su alcoba. Lucia deja de jugar con su boca, la ha invadido una soledad profunda. Decide marcarle a Marco.

Marco no contesta, su coche se volteado 1min antes en la bajada de Av. San jerónimo. Su celular suena en la banqueta mientras su cuerpo inmóvil yace cabeza abajo en el coche destrozado.

El hombre ha llegado a su casa. Se ha cambiado en ropa de interior cómoda y esta preparándose unos huevos revueltos de desayunar. Esta mañana saldrá a correr.

7h56
El hombre termina de enlazar su agujetas, agarra la corea de su perro, y se prepara para ir a trotar. Su mal estar emocional sigue vivo, lo carcome por dentro. Sabe que las aspirinas solo le curaran de su cruda física.

La ambulancias han llegado, el cuerpo de Marco esta siendo trasladado. Su celular ha caído ya en manos de la policía, pronto sus conocidos serán avisados, y algún pariente será llamado a reconocer el cuerpo.

Lucia da vueltas en su cama, las sabanas se le pegan a piel sudada. Su madre ha tomado la posición de su amante de esta mañana al borde de la cama, y repite su procedimiento, llorando la cara fundida entre las manos.

Doña Ana termina unos deliciosos tacos de canasta antes de embarcarse dentro de la camioneta Chevrolet rumbo a la Roma. Le duele la espalda y esta cansada.

Julian ha decidido que de grande quiere ser piloto, y volar como las águilas en el cielo. Y así escapar de las sombras y siempre poder volar hacía el sol. No tendrá así que temerle jamás a otro espectro tenebroso proveniente de ningún lado. Pronto llegaran a la zona de acampar de una hacienda cerca de Querétaro.

La fiesta sigue en el departamento de la condesa, los cuerpos y las mentes de los jóvenes se han unido en un celebración mundana de la fuerza de la juventud. El tiempo ha resbalado entre beats, las cortinas del departamento se han cerrado, y la noche artificial brilla en sus pupilas.

8h26
Doña Ana esta instalando su puesto. Saca las bolsas falsas Gucci y Louis Vuitton.

El hombre pasa frente a ella con su perro. Suda gotas que le saben a tequila y culpa. Quisiera ser diferente, quisiera ser aceptado, quisiera ser amado.

Madre e hija se han unido bajo un mismo techo de lamentaciones y pensamientos solitarios. Lucia recibe una llamada proveniente de un capitan de policia Alvarez notificando la muerte de aquel hombre, el cuál ella pensó pudo haberlo amado. Entra al cuarto de su madre, entregándose a la gravedad en el los brazos de esta ultima. La madre le acariciara la cabeza sin preguntar; carga esta cabeza llena de drogas que no han posibilitado aún la falta de memoria de la pobre niña. El cuerpo de Lucia ha perdido fuerza, su cabeza es la unica extremidad que parece viva, viva en el los brazos de su madre. Fue su boca la ultima que toco Marco, fueron sus ojos los que vieron al ultimo Marco, fueron sus ojos que vieron al ultimo su padre, son sus ojos que se velan en este momento en los brazos de su madre.

Julian ayuda a su madre a armar la tienda de campaña, mientras el padre arregla los detalles del fin de semana en la recepción de la hacienda. Flu los observa sentado en una maleta. El cielo es azul, el aire es fresco. Los pájaros cantan, el pasto crece, parece ser de estos días en los que la infinidad del mundo te roza mientras viaja montada en el viento, por los campos y las montañas.

19h10
La fiesta esta terminando, los últimos bravos soldados se ven agotados y pierden su batalla frente al narcótico y al sueño.

Doña Ana sigue cansada, levanta su puesto, hoy vendió 8 cinturones, 5 bolsos, varios aretes y pocas carteras.

El hombre esta camino a zona rosa, decidido a tomarse una cerveza. 5min mas tarde se arrepentirá y dará vuelta de regreso a su casa.

Julian esta cansado de haber jugado al avión con su papa y Flu todo el día. Esta tomando un chocolate caliente. Sus papas son felices, el aire es puro.

Lucia y su mama se han sentado a platicar. Intentaran tomar un nuevo camino en su vida. Hacen un acuerdo de madre e hija, de apoyarse y preocuparse, y vivir una vida nueva dejando atrás al pasado. Luchando contra la soledad futura.

Lunes 9h aproximadamente
El hombre pedirá en su salón de clases a sus jóvenes alumnos que les dibuje algo representativo de lo que quieran ser de grandes.

Julian dibujara un avión y un águila a su lado, sus padres sonrientes debajo de su vuelo.

La muerte de Marco se ha hecho publica.

Lucia recibe numerosas llamadas y mensajes preguntándole de la muerte de Marco.

Doña Ana, se sienta en su puesto, en su ritual cotidiano. Pasa frente a ella un caro fúnebre que transporta el cuerpo de Marco. Ella, sin razón aparente, derrama una lagrimas y se persigna, recitando una plegaria apenas audible.