- “Como estas?” – me pregunto una amiga que me encontré casualmente en la calle.
- “Estoy bien”
(pausa)
- “Deja voy a preguntarle a mi cabeza que deje tirada por ahí” – le conteste.
Mientras me alejaba escuche con las orejas que guarde preciadamente en mis bolsas de pantalón que mi amiga susurró : “Menos mal que es ventrílocua”
domingo, 6 de julio de 2008
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